Se suele emplear en la cocina (puro o rebajado con otros vinagres) en ensaladas,[1] en salsas vinagretas, etc. Es habitual en ciertas conservas.
[2] Se suele obtener por fermentación del alcohol etílico, aunque en algunos casos suele ser un destilado procedente de otros vinagres de vino.
Es la variante más fuerte de todas, por lo cual se expende diluido con agua entre el 5 y 10 por ciento.
También se emplea para eliminar el moho de las telas.
Es usado también como aditivo alimentario en algunos aderezos tales como el kétchup, mayonesa, mostaza preparada, etc.; así como conservante de encurtidos.