Villorquite de Herrera

Población de derecho (2000-2020) según el padrón municipal del INELa historia del pueblo de Villorquite, ha sido transmitida por sus moradores por tradición oral.El torreón no dio lugar al nacimiento del pueblo, era su defensa y la de sus tierras.En dicho territorio se han encontrado elementos de construcción, piedras y tejas principalmente.Es fácil que la primera y principal fuese para la mejor defensa del vecindario y de sus ganados, que sufrían, con toda seguridad, los ataques del bandolerismo, frecuente en aquellas épocas por su proximidad al citado camino.Así lo confirman el antiguo Soto, actualmente roturado y un pago de la vega nombrado Las Praderas.La construcción del nuevo pueblo, que no cambió de nombre, se llevó a cabo bajo una gran simetría y adaptación práctica a los fines y vida de sus habitantes: una plaza rectangular, muy bien trazada, en el centro con sus calles rectas y amplias; las casa distribuidas en manzanas compactas, orientadas al mediodía, huyendo de los fríos del invierno y el cierzo, con anchas entradas para el fácil manejo del ganado ovino, y los corrales del ganado separados de las viviendas.El conjunto de la construcción ha sufrido algunas transformaciones, como acreditan su actual entrada, que data del año 1798, o la sacristía nueva con una inscripción referida quizá al año de su construcción (1671), sustituyendo a la antigua situada en el lado opuesto.Estas visitas pastorales debieron ser frecuentes a juzgar por las que se recogen, prueba inequívoca del celo apostólico de las autoridades eclesiásticas palentinas.[2]​ A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, conocido entonces como Villorquite de Boedo[3]​ y que en el censo de 1842 contaba con 15 hogares y 78 vecinos, para posteriormente[4]​ integrarse en Villameriel.