Se datan entre la primera mitad del siglo I y el V.
Los trabajos arqueológicos realizados han aportado gran información sobre aspectos arquitectónicos, pictóricos, escultóricos, cerámicos, musivarios y funerarios.
Se documentaron hasta cuatro fases constructivas que dan testimonio de una larga ocupación del lugar.
La fuente central se construyó con posterioridad, cerrándose también el peristilo con un muro bajo que sustituyó a las columnas y que creó un gran estanque, revestidos sus muros de "opus signinum" al exterior y de pinturas sobre estucos al interior.
Los espacios VII, VIII, XXXVII, LVII, LVIII, LIX, LX, LXI y LXII, al oeste del peristilo, utilizan la misma técnica constructiva, con la diferencia de que se excavaron parcialmente en la roca.
El espacio XXXIV, en el sector suroccidental, se interpreta como un patio que comunicaba a través de una rampa con una calle que delimita la villa por este sector.
Las estancias que aparecen decoradas con estucos pintados se corresponden con los sectores central y occidental de la villa.
Entre los hallazgos escultóricos, muy abundantes, cabe destacar: un grupo que representa la leyenda de Perseo y Andrómeda, única obra conocida de este tema en la península ibérica, datada entre fines del siglo I o comienzos del II y el V ; y una escultura juvenil, posible representación del mito de Télefo, de la primera mitad del siglo II.