Construían sus viviendas con cuatro horcones, por palos cubiertos con ramas y pajas como techo, las paredes con tierra apisonada o adobes crudos.
Se regían por vivir en pequeños poblados, en grupos de familia con un cacique, y cultivaban la tierra en común.
Sus pictografías le han dado fama mundial a la región, proyectándose que el cerro Colorado sea declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Villa de Tulumba tiene sus orígenes, como pueblos del norte cordobés, en estancias concedidas como merced a los primeros conquistadores europeos.
En 1803 el rey Carlos IV declara a la localidad Villa Real del Valle de Tulumba.
Los Ataide eran portugueses que llegaron al pueblo a finales del siglo XVIII.
Su construcción duró diez años, entre 1882 y 1892, siendo impulsada por párrocos emprendedores, como los sacerdotes José Víctor Alcorta, Evaristo López de Arcante y Andrés García Colmena, llevándose a cabo con la ayuda de toda la feligresía del curato.
El templo ahora es conocido como Santuario Mariano Diocesano Nuestra Señora del Rosario porque en su interior se venera la antigua imagen, llegada a Córdoba en 1592, de la patrona de Villa Tulumba: la Virgen del Rosario.
Fuente: censos nacionales del INDEC El norte cordobés, 250 km a la altura del Departamento Tulumba, tiene tres ámbitos geográficos: Flora representada por: bosque chaqueño empobrecido, vegetación de leñosas como: algarrobo blanco (Prosopis alba) y negro (Prosopis nigra), quebracho blanco, mistol, itín, tintinaco, tala, árbol brea, garabato, sombra de toro, piquillín, "coco", etc.
La fauna mayor, mediana y menor autóctona ha sido casi totalmente extinguida por el ser humano a lo largo del siglo XX; ya antes del siglo XX había sido exterminado el "tigre" (yaguar), luego le siguieron el puma, los pecaríes o "chanchos de monte", las corzuelas, el "lobo de crin" (aguará guazú), diversas especies de zorros etc.
No obstante, la caza furtiva -con fines deportivos o comerciales- ha significado la extinción de algunas especies o puesto en riesgo la existencia de otras, aún aquellas cuya caza está permitida por considerarlas una amenaza para los cultivos.