Biagio Saraceno le pidió que interviniera en una granja agrícola preexistente, desde tiempo atrás propiedad de la familia.
Sin embargo, la villa había sido construida en una forma más modesta, sin las características alas del arquitecto.
La datación del inicio de las obras se coloca en el período que transcurre entre dos estimaciones fiscales: en la primera, de 1546, es aún citado el edificio señorial preexistente, mientras que en la segunda, datada en 1555, es descrita la nueva villa palladiana.
Es posible que la construcción se remonte al 1548, cuando Biagio Saraceno adquirió un importante cargo político en la ciudad.
En cualquier caso, es sólo treinta años más tarde cuando Pietro Saraceno, hijo de Biagio, realiza los estucos del interior y comienza el programa decorativo, quizá debido a Brusasorzi.