El álbum fue grabado en Madrid con Mario Cobo y Josu García como productores.
Una semana después de salir a la venta, Viento del este se convirtió en el disco más vendido en España.
Cuando Loquillo la vio por primera vez, allá por 2009 o 2010, supo que había un relato.
Ha habido muchas horas de trabajo detrás de este álbum, que no solo es posible vincular al imaginario del rock and roll (eso, a estas alturas, hubiera sido lo fácil, diría el Loco).
Existen otras conexiones con un estado creativo-emocional sometido a altas presiones y un mapa de estilos que llevaba largo tiempo encerrado en su brújula particular.
Ahora que la aguja apunta al este, Loquillo explora ese mapa sonoro, se transforma en el artista definitivo y ofrece una obra cumbre, sobresaliente, varios pasos por delante en la evolución del rock español.
Y a veces, un disco, de tan maduro, resulta un puñetazo sobre la mesa.
"La banda no tiene nombre porque todos sus miembros poseen un bagaje y una trayectoria individual que hablan por sí solos.
Y en ‘Viento del Este’ hemos trabajado como un equipo, respetando a la vez las ideas individuales de cada uno.
Después de 38 años, es la primera vez que me he sentido cómodo y a gusto grabando.