Victoriano de Asán
Victorián murió como abad del Monasterio de San Martín de Asán después del año 551, año en que ordenó al obispo de Osca Vicente (557-576), como diácono y Victorián fue testigo del testamento donde el futuro obispo legó sus bienes al monasterio.Huyendo de dicha fama, cruzó los Pirineos y se refugió en la agreste Sierra de Guara, donde desde muchos años antes vivían varios cenobitas, cristianos que huían del mundo para encontrar la perfección espiritual en la soledad, cobijados entre las abundantes cuevas cársticas características del mencionado macizo calizo de Guara.Allí reformó el rito proponiendo una regla para sus monjes que, desafortunadamente, no ha llegado hasta nosotros.San Venancio lo cita en sus Carmina miscellanea, comentando sus virtudes y milagros en un epitafio unos 30-40 años después de su muerte.En el siglo XI aparecen los primeros documentos que citan el Real Monasterio de San Victorián.