En enero de 1916, el día de su cumpleaños, sufrió un ataque de parálisis que, pocos días después, le llevaría a la tumba.
Obtiene plaza como arquitecto provincial y en 1869 trabaja en Trujillo, pero la muerte violenta de su padre le obliga a ocuparse de problemas familiares y se traslada a Plasencia, donde ocupa el cargo de arquitecto municipal.
En Don Benito (Badajoz), es autor de dos iglesias neohistoricistas con estilos medievales: Santa María y San Juan Bautista.
Mélida le dedica muchos comentarios en su catálogo monumental, y realizó con él varias excursiones por la vía de la Plata, tema al que se dedicó desde 1906 y dejó plasmado en dibujos, apuntes, planos y en una interesante correspondencia con la secretaría de la Revista de Extremadura.
Hizo también un estudio de los caminos prerromanos en cuyos planos va indicando la localización de los toros de piedra o verracos que él relaciona con la trashumancia.