El viaje a la deriva del Aurora, buque utilizado en la exploración de la Antártida, fue un calvario que duró 312 días.
Este accidente dejó a diez hombres de la expedición varados en tierra con escasos suministros, ya que los principales se encontraban en el barco.
El Aurora, un antiguo ballenero ártico botado hacía 40 años, estaba registrado como barco de vapor.
En varias ocasiones su situación llegó a tal extremo que Stenhouse consideró el abandono del barco.
En febrero de 1916, finalmente se rompió el hielo y un mes más tarde el barco estaba libre y fue capaz de llegar a Nueva Zelanda donde fue reparado y reabastecido, volviendo a la Antártida para rescatar a los miembros supervivientes del equipo del mar de Ross que habían quedado abandonados en el cabo Evans.
Shackleton había estimado que esta misión no presentaría grandes dificultades al «equipo del mar de Ross» comandado por Mackintosh.
El vetusto ballenero ártico, aunque firmemente construido, había sido botado hacía ya 40 años y recientemente había regresado de la Expedición Antártica Australiana dirigida por Douglas Mawson, estando necesitado de amplias reparaciones.
[6] El primer oficial del Aurora fue Joseph Stenhouse, de la British India Steam Navigation Company.
Cables y guindalezas, junto con una pesada cadena, sujetaban firmemente la popa del barco a las anclas.
[23] En cualquier caso, los 98 caballos de potencia del motor y la única hélice eran insuficientes.
Estos eran los cuatro científicos que vivían en la cabaña del cabo Evans y los seis restantes eran los miembros del equipo encargado de colocar los depósitos de suministros, incluidos Mackintosh y Joyce, todos ellos detenidos en Hut Point a la espera de que el hielo del mar estuviese en condiciones para poder cruzar hasta cabo Evans.
Durante los dos días siguientes, los vientos alcanzaron una fuerza tal que hizo imposible que los hombres pudiesen trabajar en cubierta,[26] pero el 12 de mayo, el tiempo mejoró lo suficiente como para poder instalar una antena de radio provisional, intentando Hooke ponerse en contacto con los hombres de tierra pero sus mensajes en Morse no llegaron a cabo Evans.
[29] Durante los días siguientes el témpano se fue engrosando y con el temporal cada vez más turbulento, tuvieron que apagar las calderas, ya que intentar maniobrar en esas condiciones suponía un gasto inútil de carbón.
Stenhouse describió la escena "como un desierto helado", con enormes bloques de hielo retorcidos por todos lados hasta donde alcanzaba la vista.
[32] Stenhouse ordenó a la tripulación que preparasen los trineos, los arneses para arrastrarlos y los suministros para realizar un viaje por la costa en caso de que el barco quedase varado en el hielo y aplastado, pero ese peligro pasó rápidamente.
Al día siguiente, Stenhouse preparó a la tripulación para abandonar el barco, pero los nuevos movimientos del hielo aliviaron la situación y, al menos de momento, el Aurora se encontró en una posición segura.
[34] Los planes para abandonar el buque se cancelaron; Hooke reparó las antenas de la radio y se preparó para reanudar sus intentos de contactar al llegar a la isla Macquarie.
[38] A continuación fue montado en la popa de forma que pudiese ser manejado manualmente «como un enorme remo».
[39] El 22 de septiembre, cuando el Aurora tuvo a la vista las islas Balleny, Stenhouse estimó que habían viajado más de 1.300 km desde cabo Evans, gracias a lo que llamó una «maravillosa deriva».
[40] A pesar de todo, las circunstancias del Aurora cambiaron poco durante los meses siguientes.
[41] La Navidad se acercaba y el hielo seguía firme; Stenhouse permitió a la tripulación que preparase una fiesta, pero escribió en su diario: «Desearía que Dios hiciese algo para impedir esa fiesta, tenemos aquí buenas cosas, pero los pobres mendigos de cabo Evans no tienen prácticamente de nada».
[41] Días después, en Año Nuevo, se celebró una actuación de un coro improvisado que entre otras cosas cantó Rule, Britannia y God Save the King.
Stenhouse supuso que después reparar el barco en Nueva Zelanda: «si pudiéramos dejar Lyttleton (sic)[42] a finales de febrero, con suerte y un rápido viaje al sur, podríamos estar en Hut Point antes de que se congelase el estrecho».
Stenhouse registró la posición del barco al llegar a mar abierto: latitud 64°27'S, longitud 157°32'E.
[47] Incluso después de haber hecho contacto con el mundo exterior, Stenhouse se mostró inicialmente reacio a aceptar las ayudas directas, temeroso de que una reclamación por el salvamento pusiese aún más en ridículo a la expedición.
Dos días después llegó el remolcador Dunedin que los arrastró con una cuerda de remolque.
[53][54] El comité quería nombrar su propio comandante de la expedición y eso para Stenhouse, como hombre leal a Shackleton, era inaceptable.
[57][58] Los organizadores insistieron en que Shackleton no debía participar en el acuerdo y Stenhouse rechazó la oferta que le hicieron para ser primer oficial, siendo despedido junto con Thomson, Donnelly y Hooke.
[62] Entre los desaparecidos estaba James Paton, que había sido contramaestre del buque al llevar a la Antártida al equipo del mar de Ross, durante el viaje a la deriva y en la posterior misión de socorro.