Fue construida entre 1885 y 1897 en diagonal respecto a la retícula viaria, convirtiéndose así en una de las primeras calles que rompió el plan hipodámico típico del Cuadrilátero Romano; por este motivo, fue apodada la Diagonale.En ese año, las manzanas entre la Piazza Castello y la Piazza Solferino eran todavía de planta medieval, edificadas sin seguir ninguna normativa constructiva o urbanística, lo que hacía difícil la circulación viaria e impedía la renovación regular del aire y el paso de la luz: las condiciones higiénicas no eran, en consecuencia, las mejores.Al mismo tiempo, se creó una comisión y el 9 de enero de 1882 el alcalde, el conde Luigi Ferraris, designó como miembros a los consejeros Alessandro Antonelli, Bollati, Ernesto Balbo Bertone di Sambuy, Carlo Ceppi, Desiderato Chiaves, Favale, Amedeo Peyron y Rossi.Este informe abordaba en primer lugar las cuestiones relativas a la oportunidad de abrir calles diagonales o curvilíneas y a la necesidad de nuevos pórticos o pasos cubiertos.Turín se adhirió inmediatamente y apenas tres días después presentó los proyectos, incluida la diagonal, considerada de segunda categoría.La primera parcela, hacia la Piazza Castello, fue edificada por la ciudad en 1891 y vendida poco después a los Maggia.
Los pórticos de la Via Pietro Micca en la década de 1920.
La iglesia de San Tommaso, en la Via Pietro Micca.