Entre lagos y montañas, los viñedos de Saboya cuelgan de laderas o sobre las colinas en pequeñas islas que producen sus especiales crus, desde Fréterive en el Sur, hasta Evian en el Norte, pasando por Apremont y Jongieux.Hay cuatro Roussette: Frangy, Monthoux, Marestel y Monterminod.La superficie del viñedo ha aumentado un 30% en una década y se produjeron 135.000 hectolitros, de los cuales la mitad se consume por los habitantes del departamento y el resto exportado en Francia o comprado por turistas extranjeros.Con las variedades blancas jacquère, roussanne, altesse y gringet, y tinta mondeuse, Saboya probablemente mantiene el récord de las variedades de uvas más originales, o al menos las menos infrecuentes, y las que menos han viajado, tan ancladas al suelo están que no pueden crecer en ningún otro lugar.Lo mismo vale para mondeuse que envejece notablemente bien y suaviza sus taninos conforme pasa el tiempo.