Ventura Marín Recabarren

Por escrúpulos morales de no aceptar honorarios, abandonó su profesión.

Fue profesor gratuitamente, del Instituto Nacional, en las cátedras de Filosofía, Literatura y Geografía.

Más adelante, se cobijó en el misticismo; y la fortuna que había logrado, la repartió entre los pobres; ingresó más tarde al Recoleta Franciscana, donde pidió contarse entre los hijos de San Francisco de Asis.

Pidió realizar los oficios más modestos dentro del convento y a la vez enseñaba teología a los novicios.

Por privilegio profesó en artículo mortis en la Recoleta Franciscana[1]​ y a esta comunidad heredó su biblioteca de 268 volúmenes[2]​