Venalidad de los cargos

Procedente de la antigua Roma, fue ampliamente utilizado en Francia durante la Edad Media y la Moderna, la práctica también se dio en menor grado en varios países de Europa, en distintos ámbitos y formas: Los hombres encargados de administrar justicia y de la gestión financiera eran, hasta el siglo XVI, en Francia lo mismo que en todos los demás países, servidores del rey, elegidos o aprobados por él, y a los cuales podía destituir.

El rey, al nombrarlos, les mandaba una comunicación, en la que decía haberles elegido para permanecer en funciones "en tanto nos plazca".

Los Estados generales de 1484 protestaron contra este abuso, y Luis XII prohibió vender los cargos (se les llamaba oficios).

Ordenó que todos los funcionarios, antes de entrar en el cargo, jurasen no haber dado nada para obtenerlo.

Desde ese momento los cargos se vendieron públicamente en nombre del rey, depositándose el precio de la venta en una caja especial.

En tiempo de Enrique II, para tener nuevos cargos que vender, se cambiaron estos consejeros en funcionarios.

En cada ciudad donde había un bailiaje, se creó un tribunal presidial, formado por dos lugartenientes y siete consejeros.

Durante un siglo, todo el mundo en Francia protestó contra la venalidad de los cargos.