La cubeta gira mediante un mecanismo que contiene un sistema de engranajes accionado por un motor eléctrico montado en la plataforma.
Los cubilotes cargados de escoria fundida funcionan en condiciones muy difíciles: a altas temperaturas y con un calentamiento desigual a distintas alturas y según el espesor de la pared, lo que conduce a la formación de grietas.
Por lo tanto, para minimizar este problema es importante elegir una configuración adecuada, que suele ser una forma troncocónica con fondo esférico o elipsoidal, y sección transversal redonda u ovalada.
Para reducir las deformaciones térmicas y aumentar la resistencia, la superficie exterior del cucharón está reforzada con nervaduras orientadas radialmente.
Los vagones marmita están equipados con un freno neumático y manual, acoples para su conexión con otros vagones similares o a una locomotora, y un gancho para fijarlos a los rieles cuando la cubeta se inclina.