Dado que el contenedor es un volumen prácticamente cerrado por completo y bien aislado, es compatible con el transporte y almacenamiento seguro de hierro fundido hasta por unos pocos días.
La protección térmica la proporciona un revestimiento interior de ladrillos refractarios, por lo general elaborados con el material denominado chamota.
[1] La cuba se apoya en cada extremo sobre un bastidor montado sobre múltiples ejes, y puede pivotar alrededor de su eje longitudinal para verter el metal fundido.
El transporte suele realizarse en convoyes de 2 a 6 vagones.
Estos vagones son tan pesados que se deben intercalar entre ellos vagones plataforma vacíos para espaciarlos, con el fin de proteger las infraestructuras evitando sobrecargas.