La vacuna contra el sarampión (también, vacuna antisarampión) es la inmunización segura y eficaz de un virus atenuado que se usa internacionalmente para la prevención de esta enfermedad y sus complicaciones.
Su administración está recomendada por la Organización Mundial de la Salud a todos los niños, salvo si existe alguna contraindicación.
No se ha detectado en los estudios realizados aumento en la incidencia de otras enfermedades, como el síndrome de Guillain-Barré, autismo, encefalitis, diabetes mellitus tipo 1, asma, leucemia, esclerosis múltiple, infecciones bacterianas o virales y enfermedad inflamatoria intestinal.
En lugares donde la enfermedad no es muy común se recomienda administrarla a la edad de doce meses.
[2] Se introdujo por primera vez en 1963 y desde entonces su utilización ha aumentado progresivamente a nivel mundial.