VIH/sida en México
El VIH/sida en México se ha encontrado presente desde el año 1983, cuando se registró el primer caso en el Instituto Nacional de Nutrición (actualmente Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán).El gobierno mexicano no reconoció oficialmente la presencia del virus en el país hasta 1985.Desde esa fecha a la actualidad, el VIH/sida ha constituido un asunto de salud pública en cuya respuesta se involucran tanto las instancias gubernamentales, la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil.En ese mismo período, 95 547 personas habían perdido la vida como consecuencia de este padecimiento.En 2014, las entidades que registraron una mayor incidencia en nuevos casos notificados de sida fueron Campeche (16.7), Guerrero (9.9), Quintana Roo (8.6), Chiapas y Yucatán (8.4).Precisamente esta actividad es señalada como uno de los hechos que contribuyó a la rápida difusión del virus en el país.La infección fue documentada por primera vez en 1981, cuando unos médicos de Los Ángeles (California) dieron a conocer cinco casos de un cuadro complejo y extraño entre varones homosexuales que fueron atendidos en esa ciudad (MMWR, 1981, p. 250-252).Como consecuencia, se formó el Comité Nacional para la Prevención del Sida (Conasida), que en 1988 fue elevado a la categoría de Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) y a partir de 2001 es llamado Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida).La mayor parte de los seropositivos mexicanos son jóvenes en edad productiva.Donde 89% de los casos corresponden a hombres (una epidemia altamente concentrada en HSH).Se desconoce el número exacto de personas que viven con VIH en México.Censida reporta que desde 1985 hasta 2010 se han detectado 30 924 casos de infección por VIH.El estado ocupa actualmente el 12.º lugar nacional por número de casos acumulados durante el periodo 1985-2011.Esta cifra representa el 3.4% de todos los casos a nivel nacional.Se han logrado avances en el tratamiento profiláctico con antirretrovirales, que ha demostrado reducir notablemente el riesgo de transmisión perinatal del VIH.Las personas enfermas de sida o portadoras de VIH, comúnmente son agredidas y discriminadas por el miedo al contagio y “porque cargan con una serie de prejuicios asociados a su actividad sexual, lo que les causa una alta marginación que les impide desempeñarse plenamente en el trabajo, tener acceso a los servicios de salud y vincularse libremente con amigos y familiares” (CONAPRED, 2011).Además, de acuerdo con la UNESCO (s/f) se observa que “la propagación del VIH/sida es desproporcionadamente más alta en los grupos que ya carecen de protección en materia de derechos humanos y padecen la discriminación social y económica o están marginadas por su condición jurídica.” (p. 2) Cuando no se respetan los derechos humanos de las personas que viven con VIH/sida, la información es insuficiente, no se tiene acceso a medicamentos indispensables para proteger el derecho a la vida y el derecho a la salud, hay discriminación y se niega el derecho al trabajo, no se respeta la vida privada, ni la confidencialidad, se pierde la dignidad y el tema se convierte en un secreto evitando así el buen manejo de esta enfermedad.Sobre esto, en otro estudio sobre la relación entre Servicios de Salud en México y personas que viven con VIH/sida, realizado por Infante, et.Aunque gran parte del personal declara que este aislamiento es para protección del paciente, lo cierto es que este mecanismo permite incurrir en acciones discriminatorias, ya que los “sujetos no reciben el seguimiento adecuado, los médicos no hacen sus rondas, y el personal de nutrición e intendencia sólo los visitan desde afuera, así de lejecitos” (p. 147).Cabe destacar que en la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, no se incluye información acerca de las personas con VIH/sida.Con estos datos, se ejemplifica brevemente la situación de vulnerabilidad en la que viven estas personas.