Allí estuvo bajo la tutela del escritor Tulio Febres Cordero, de quien luego escribió una breve biografía publicada en 1954.
Se desempeñó como profesor contratado en las universidades de Roma, Florencia y Varsovia.
En 1965 comenzó a trabajar en la OEA, como director del «Programa de Desarrollo Agrícola y Reforma Agraria para las Américas».
Durante los gobiernos socialcristianos de Rafael Caldera y Luis Herrera Campíns, fue presidente del Instituto Agrario Nacional y del Fondo de Crédito Agropecuario, respectivamente.
En este último, su principal labor fue la de canalizar recursos para la inversión en las áreas más afectadas por la reforma agraria.