[3]Los inhibidores de la acetilcolinesterasa pueden provocar una mayor accesibilidad a la acetilcolina y activar la vía colinérgica antiinflamatoria.
La estimulación eferente del nervio vago disminuye la frecuencia cardíaca, induce la motilidad gastrointestinal e inhibe la producción de TNF en el bazo.
[7] Los marcadores inflamatorios tienden a elevarse en personas que experimentan diversas formas de estrés psicológico.
[8] [9]El estrés psicológico aumenta la activación en la rama simpática del sistema nervioso autónomo (SNA), dando como resultado un mayor ingreso adrenérgico al bazo a través de las fibras nerviosas simpáticas que descienden hacia los tejidos linfoides.
[15]En los últimos años, este eje CPF-nervio vago-bazo se ha relacionado con la senescencia celular [16] [17]y diversas patologías como enfermedades neurodegenerativas y cáncer.