Revuelta del conde de Urgel

No llegó a poner en peligro al monarca ni se produjeron desórdenes sociales de entidad entre la población.[15]​[16]​ En todo caso, no tuvo el apoyo de la nobleza catalana, sino solo una parte de esta durante todo el periodo del Interregno.Fernando, con más habilidad política, había obtenido apoyo de los notables y las Cortes.Además Jaime II de Urgel no contó en Cataluña con los apoyos que esperaba, y sí con gran oposición.[20]​ En dichas Cortes, recíprocamente, todos los presentes debían prestar homenaje de fidelidad al rey, además de hacerlo con el heredero Alfonso, futuro rey Magnánimo; con su actitud, el conde de Urgel eludía jurar vasallaje al monarca.[21]​ Unos meses más tarde, Jaime de Urgel emprendió la rebelión armada contra el rey.A esas alturas del reinado de Fernando, cuando ya había sido aceptado por casi todos, esa decisión es calificada por Vicens Vives como una revuelta estéril y por Santiago y Sobrequés como «fora de temps», ya que Fernando I representaba la constitucionalidad, el orden y la paz pública y el conde de Urgel alteraba todo ello con su rebelión.[25]​ En todo caso, el rey Fernando envió a sus tropas reunidas en Zaragoza contra los focos rebeldes, recuperó Montearagón y bloqueó a Antón de Luna en su castillo de Loarre.En Valencia, los urgelistas solo se sublevaron en Buñol, que era un señorío de Jaime II, donde fueron sitiados.Margarita de Montferrat y algunas de sus hijas fueron encontradas culpables por suscitar un levantamiento contra el rey y alentar preparativos para su asesinato, por lo que estuvieron recluidas en Cullera (1414-1415).
Retrato imaginario de Fernando I de Aragón, de Manuel Aguirre y Monsalbe . c . 1851-1854. ( Diputación Provincial de Zaragoza ).
El castillo de Loarre , base principal de las operaciones militares de Antón de Luna, uno de los apoyos más importantes de Jaime II de Urgel en su rebelión, fue la última fortaleza en rendirse en la revuelta del conde de Urgel.