El espíritu de la “ciudad-estado” cerrada en sí misma que de un modo u otro había subyacido en la ciudad medieval y en el Renacimiento, desaparece para dar paso a la ciudad capital del Estado.
Los elementos formales cobran fuerza frente al carácter humanista de la polis griega.
Durante el Renacimiento, la ciudad se encontraba encerrada en sí misma, de manera física y sensible, ya que el habitar se limitaba casi exclusivamente a lo que sucedía dentro de las murallas.
Aunque estos conceptos no solo se establecen a partir de las conquistas.
En el proyecto pueden reconocerse tres influencias especificas; en primer lugar, sus antecedentes familiares franceses, en segundo, el avance urbanístico de Europa y ,en tercero, las propuestas para Washington sugeridas por el presidente del momento, Thomas Jefferson.