Un día de furia

El personaje protagonista del filme decide enfrentarse a las adversidades, y lo hace de forma violenta.

Luego paga por una Coca Cola, toma el cambio para poder hacer la llamada y se marcha.

Un pandillero saca un cuchillo y Foster pelea contra ellos utilizando el bate de béisbol.

El indigente protesta furioso mientras que Foster prosigue su camino sólo con la bolsa de armas.

Mientras tanto, en un local de comida rápida, Foster intenta pedir un desayuno, pero ya han cambiado al menú del almuerzo 7 minutos antes.

Después de una discusión con el gerente, que se niega a darle un desayuno, Foster saca una ametralladora y accidentalmente dispara al falso techo.

Mientras la policía se lo lleva intercambia una mirada con Foster y dice «No me olvides».

Foster se topa con unos obreros que reparan y les acusa de hacer construcciones innecesarias para justificar su presupuesto.

Después, Foster entra en un club de golf privado y camina por el campo.

Dispara a un carrito de golf que contenía las píldoras del golfista y éste sufre un ataque cardiaco.

Ella cuelga el teléfono entendiendo que está fuera y logra huir con Adele.

Beth patea la pistola lejos del distraído Foster, la recoge y la tira al mar mientras que Prendergast saca su revólver.

Tras conversar con Beth y Adele, Prendergast decide no retirarse ese día como policía.