Conformado por una traza italiana construida por los Habsburgo en la orilla derecha del río Drava, para el World Monuments Fund (WMF) es un «ejemplo único de un centro urbano barroco militar, administrativo y comercial del siglo XVIII».
Tres años después se completaron los cinco baluartes y dos verjas planificados, mientras que para 1735 se había concluido la construcción de la ciudad interior y tres bastiones adicionales en el norte.
Rodeado con muros y empalizadas, contaba con cuatro puertas principales en cada uno de los puntos cardinales.
Sin embargo, no se modificó significativamente su diseño, aunque con templos islámicos y edificios públicos adquirió una apariencia oriental.
[3][7] En 1690, se estableció el magistrado de la ciudad cuando todavía estaban en desarrollo los planos para el nuevo fuerte.
[7] La conversión de Tvrđa en una fortaleza barroca se basó en los planos que el ingeniero Mathias von Kaiserfeld ideó en 1691.
Por tanto, Maximilian Gosseau de Henef ideó nuevos planos para un fuerte en la orilla derecha del río Drava.
El ingeniero militar quedó a cargo de la planeación cuando ya había comenzado la construcción.
[2] A partir de agosto de 1712, ingenieros austríacos, supervisados por Johann Stephan von Beckers —comandante del fuerte—,[9] edificaron cuarteles, los cuarteles generales del personal, iglesias y monasterios.
54 años después se agregaron cuatro pedestales más y su respectiva estatua de un santo.
Diecisiete años más tarde se levantó un seminario episcopal en la esquina suroeste de la plaza principal.
[7] Con la expansión de Osijek, la presencia del fuerte acabó por entorpecer el desarrollo urbano.
En 1958, se demolió el último polvorín, localizado detrás de la iglesia del Arcángel Miguel.
[6] Posteriormente, el Ejército Popular Yugoslavo mantuvo una guarnición y un hospital militar en el lugar.
Por otro lado, en las escuelas de Tvrđa estudiaron los ganadores del premio Nobel Leopold Ružička y Vladimir Prelog.
[17] Para el World Monuments Fund (WMF) Tvrđa es «ejemplo único de un centro urbano barroco militar, administrativo y comercial del siglo XVIII».
El proceso buscaba preservar las características arquitectónicas, históricas y estéticas del lugar de acuerdo con los principios establecidos por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, aunque preservando su naturaleza multifuncional.