Tundiqui

[2]​ El historiador y etnógrafo boliviano Manuel Rigoberto Paredes Iturri en su libro "Arte en la altiplanicie", escrito en 1913, que trata del folklore en el altiplano boliviano, en el espacio geográfico del departamento de La Paz, describe la danza como un baile afroboliviano que era imitado por los mestizos: "el de los Tundiques, que ha llegado a popularizarse tanto que aun lo imitan los mestizos con aplauso y embeleso de vulgo.

El poeta y escritor coroiqueño Arturo Pizarroso Cuenca en su libro "La cultura negra en Bolivia" entre otros temas destaca la transculturación que crea el folklore afroboliviano: "Su música (el tundiqui y la saya) interpretada en tambores de todo tamaño, gusta en sobremanera al pueblo.

Los mismos indios y mestizos los imitan en sus bailes y en su música, embadurnándose la cara con betún o corcho quemado o en su defecto emplean máscaras de estuco de color ébano, improvisando cantos alusivos a la ceremonia.

Es frecuente ver en la Ciudad de La Paz, más que todo en las fiestas religiosas el baile del tundiqui".

[1]​ Así mismo Pizarroso Cuenca describe la práctica del tundiqui en las comunidades afrobolivianas de los Yungas, apuntando: "En Yungas los negros al son de tambores del tundiqui y la saya improvisan canciones breves que repiten más de cien veces, bailando y cantando sin demostrar cansancio alguno; las mujeres son verdaderas tiples o sopranos cuyas voces se escuchan hasta la distancia".

[8]​ Así mismo Calcín Anco en su artículo citando a Emilio Romero y su obra "Monografía del Departamento de Puno" del año 1928 sostiene el origen colonial del Tundique, la ejecución por parte de los aymaras y la registraría como danza puneña: “Otro baile llamado Tundiquis, es igualmente de factura colonial.

Respecto a esta danza surgen cuestionamientos controversiales de carácter cultural e identitario.

La investigadora Eveline Sigl expresa que las representaciones de esta danza últimamente se han vuelto muy problemáticas, ya que los danzantes no sólo se pintan la cara de negro (una práctica que se considera altamente racista), sino también incluyen escenas de violencia en sus representaciones donde un Caporal azota a un esclavo negro sin misericordia y donde algunos danzantes están arrastrando grilletes y cadenas, teatralizaciones que antiguamente no formaban parte de la danza y que proporcionan una imagen denigrante del afrodescendiente boliviano.

En Bolivia el Tundiqui es llamado también Danza de los Negritos siendo bailado por mestizos simulando ser afros y dirigidos por un caporal y se baila en fiestas como el Carnaval de Oruro, con Conjuntos como “Negritos de Pagador” fundado en 1956 y "Negritos Unidos de la Saya" fundado en 1957, ambas agrupaciones desde su fundación continúan bailando esta danza hasta la actualidad.