UU. debido a su elevado potencial de inducir daño hepático, que en ocasiones resulta letal.
Otros sufrieron ceguera, sordera y daños cerebrales, secuelas comunes de meningitis, que no han sido observadas en pacientes tratados con trovafloxacin para otros tipos de infección.
[5][6][7] Una investigación llevada a cabo por el periódico Washington Post publicada en el año 2000 concluyó que Pfizer llevó a cabo estos ensayos de manera ilegal, sin la autorización del Gobierno nigeriano o sin el consentimiento de los padres de los niños sometidos a experimentación.
El trabajador fue despedido al día siguiente, aunque según Pfizer fue debido a otros motivos.
[10] A pesar de ello la empresa mantuvo su inocencia alegando que Trovan ayudó a salvar vidas con un índice de supervivencia mayor que el fármaco empleado como control.