Se toca sin apretar las cuerdas; obteniéndose un sonido natural, armónicos, pulsando ligeramente con el pulgar en los puntos nodales.
En Francia, la banda de la Grande Ècurie du Roi incluía cinco trompetas marinas y cornamusas cuando en 1662 se contabilizó su coste por primera vez; en 1666 el número había subido a seis.
El instrumento cae en desuso durante la primera mitad del siglo XVIII, cuando solo era utilizado por los músicos itinerantes y de calle.
Se toca con la mano izquierda pulsando entre los puntos nodales y la nuez de la cabeza.
Al puente, debido a su forma curiosamente irregular, se le conocía también como zapato.