A partir del número doble 3/4 la revista cambió su nombre por el de Troya (misma tipografía).
Tal como explicaba la editorial " ahora cuando esta trocha (camino abierto por las bravas en medio de la maleza, atajo) ha cumplido su función permitiéndonos llegar hasta ustedes, entramos en el camino definitivo, buscando un marca que sirva de distintivo comercial a nuestro trabajo y defina nuestras intenciones.
No tuvo el respaldo esperado y cerró después del número 8.
Además de publicar historietas, la revista tenía un carácter divulgativo y reivindicativo.
Sus artículos iban desde denunciar el machismo en el cómic a defender los derechos de los autores.