A diferencia de su hermana Olimpia, que se caracterizó por su impulsividad, orgullo, energía y fuerte temperamento, Troa era dócil y, ante una situación que a ella no le agradaba, callaba pese a que las mujeres de Epiro tenían fuerte personalidad.
El rey Neoptólemo era agradable con sus hijas y procuraba que recibieran una esmerada educación por parte de los maestros.
Cabe destacar que Troa detestaba a su tío y temía lo peor.
Troa de Epiro le dio a su esposo, el rey Arribas, dos hijos varones cuyos nombres eran, Eácides y Alcetas.
Cuando pasaron los años, el rey Filipo II consideró que debía reinar su cuñado Alejandro de Epiro, y para tal fin, obligó con firmeza al rey Arribas a que se retirara del trono.