Si el difunto dice la verdad en su confesión, los jueces le declaraban "justo de voz" (mȝˁ ḫrw).Tot, actuando como escriba, anotaba los resultados y los entregaba a Osiris.Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia: Si el Ib era menos pesado que la pluma de Maat, y la sentencia era positiva su Ka (la fuerza vital) y su Ba (la fuerza anímica) podían ir a encontrarse con la momia, conformar el Aj (el "ser benéfico") y vivir eternamente en los campos de Aaru (el Paraíso en la mitología egipcia).El término "justificado" o "con justa voz" designa la condición del difunto que pasa con éxito la prueba del juicio ante el tribunal de Osiris.El diablo suele aparecer cerca en la escena, procurando que la balanza se incline hacia su favor.