La Junta de Andalucía se había propuesto realizar el tramo intermedio entre Fuengirola y Estepona,[1] aunque renunció a ello posteriormente.
Ambos ramales quedarían unidos en Málaga gracias al tren metropolitano que actualmente está en construcción.
Otros factores que hacen pensar en un incremento del número de viajeros de este corredor ferroviario son: la conexión AVE de la ciudad de Málaga con Córdoba, Madrid, Barcelona y Zaragoza entre otras, que traerá un tráfico importante de personas que podrán desplazarse a distintos puntos del litoral malagueño, el acuerdo firmado entre RENFE y SNCF (las dos principales operadoras de tren en España y Francia) por el que se crea un operador ferroviario que unirá Francia y España a través del túnel Figueras-Perpiñán, inaugurado en 2010 y que se usará en régimen de alta velocidad llegando también hasta Málaga y Sevilla, entre otros.
Uno de los principales problemas para dotar a este corredor con la tipología de Alta Velocidad es la obligación de construir prácticamente todo el recorrido bajo tierra, concretamente bajo la Autovía del Mediterráneo, puesto que todo el trayecto en superficie está edificado.
Pese a requerir una enorme inversión económica, la revolución que supondría la llegada del ferrocarril a esta zona tan densamente poblada como esta, generaría grandes expectativas de beneficio.