Cuero (leyenda)

Luego al transformarse en serpiente voladora, en el borde de su cuerpo poseería unos apéndices similares a unas garras o espinas filosas como garfios.

Debido a la descripción de su cuerpo aplanado, algunas personas lo asocian con una criatura semejante a una mantarraya o una raya immensa,[5]​ o es en realidad un pulpo.

En aquellos lugares, como el caso del archipiélago de Chiloé en Chile, se cuenta que atacaría principalmente presas animales y en menor medida a seres humanos y embarcaciones.

Al tenerlo ya a la vista, lo engañaría arrojándole ramas de calafate.

El Cuero, engañado por el poder de la machi, creería que las ramas serían una posible presa; sin embargo, al atacar y apretar con fuerza las ramas, las espinas de las ramas se enterrarían en su cuerpo y el cuero se desgarraría y sangraría hasta morir su cuerpo material; o de otra manera, sin recurrir a la machi, se habrían que sacar troncos de quisco o cactus con muchas espinas, envueltos en el estómago o las tripas de un animal, y lanzarlo al agua, con lo que el Cuero se acercaría creyendo que es una presa, y sucedería lo mismo antedicho: las espinas lo atravesarían y matarían.

Trelquehuecufe ("cuero-wekufe o "cuero del espíritu maligno" [ 1 ] ​) de los mapuche, con garras en todo su borde. [ 2 ]