Es capaz de vivir fuera del agua, pero no suele apartarse de las orillas del Río São Francisco.
Cuando no le cae bien un pescador, ahuyenta a la pesca de las redes.
Para ahuyentarlo, los pescadores del río construyen en la proa de sus barcos, figuras monstruosas llamadas "carrancas".
También pintan una estrella en el fondo de la barca pues se cree que espanta a los seres sobrenaturales.
En caso de encontrarse con uno, lanzan humo a las aguas para calmarlo.