Análisis más detallados pueden realizarse utilizando un ordenador para propagar muchos rayos.
Si la simulación incluye objetos sólidos, el rayo puede ser probado por su intersección con estos objetos en cada paso, haciendo ajustes en la dirección del rayo si interviene una colisión.
El proceso es repetido con muchos rayos cuando es necesario entender el comportamiento del sistema completo.
Dos conjuntos de señales son transmitidos con dos elevaciones angulares diferentes.
La velocidad del sonido en el océano varía con la profundidad debido a cambios en la densidad y en la temperatura del agua, alcanzando un mínimo local a una profundidad de entre 800 y 1000 metros.
Este mínimo local, llamado el canal SOFAR, actúa como una guía de ondas, debido a que el sonido tiende a orientarse hacia este canal.
Esta técnica de modelización, combina la óptica geométrica con la óptica física, lo que permite vencer las limitaciones que suponen la interferencia y la difracción en determinados diseños.
Las fórmulas ópticas de muchas lentes fotográficas clásicas se optimizaron mediante numerosos operadores manuales, que manejaban partes pequeñas de un cálculo muy grande.
Los principios básicos del algoritmo más utilizado se describen en un artículo fundamental de Spencer y Murty titulado: "Procedimiento General del Trazado de Rayos".
El trazado de rayos computa las trayectorias a través de un modelo geofísico, siguiéndolas atrás hasta alcanzar su fuente, como un terremoto, o deduciendo las propiedades del material por el que se transmiten.
Existen estudios de propagación ondulatoria en los plasmas que utilizan este método.