En dicho convenio se establecieron derechos y obligaciones entre ambas partes para mantener la paz en el territorio, debido al incesante paso de gente hacia el oeste del país.
Para 1845 había un estimado de 5.000 pioneros que se abastecieron en el lugar, para seguir su marcha al occidente.
Con todo, la presencia de enemigos casi hizo estallar un conflicto debido a viejas rencillas, las cuales fueron calmadas por intermediarios.
Los nativos se presentaron a la reunión con sendos vestuarios y destacadas muestras de oratoria.
El siguiente año, en septiembre, otros hechos terminaron en el ataque a un poblado que acabó con la vida de 86 aborígenes (masacre Grattan).