Tratado de Monteagudo (1209)

[1]​[2]​ Tras las pérdidas de Álava y Guipúzcoa, en favor de Castilla, Navarra veía una merma territorial importante que le privaba de una salida al mar.

Al mismo tiempo el rey castellano, Alfonso VIII lograba una conexión terrestre con Francia.

Además el monarca inglés, Juan Sin Tierra, esta­blecía una tregua con el rey francés (1206), al mismo tiempo que establecía tratos con Alfonso IX de León, buscando quizá enfrentarlo con el castellano.

Entre los puntos pactados se contemplaron «treguas por cinco años y se pusieron tres cas­tillos en fidelidad por cada reino: Irurita, Inzura y San Adrián, por Na­varra; Clavijo, Jubera y Ausejo, por Castilla.

Los vasallos de un reino po­drían circular libremente por el otro, con tal de que no pasaran en grupos superiores a cien caballeros.