Según la tradición imperial japonesa el nombre de la nueva era se revela posteriormente al fallecimiento del emperador actual.
Esta vez es distinto, en 2016 Akihito manifestó su intención de retirarse del trono debido a su edad y comprometido estado salud.
La tradición imperial japonesa supone que, tras su muerte, Akihito debería ser llamado emperador Heisei, pero la Casa Real japonesa comunicó que hasta ese momento y después de la abdicación, él y su esposa, la emperatriz Michiko, serán llamados emperadores eméritos.
En 1991 visitó Tailandia, Malasia e Indonesia en su primer viaje oficial al extranjero.
Luego a este diálogo se sumarán, dos representantes de las dos cámaras legislativas japonesas y los miembros del gabinete.
Se ha rumoreado cual podría ser el próximo nombre y las especulaciones sobre este mantienen alerta a todos los interesados.
Esto conlleva una evidente transformación de la perspectiva actual en Japón, ya que con esta modificación aparece un nuevo calendario el cual exigirá una reforma de todo el papeleo oficial, los documentos utilizados en las transacciones comerciales y los programas informáticos, desatando un gran malestar en los mercados financieros.
Gran parte de los jóvenes japoneses piensan fervientemente que el comienzo de una nueva era en Japón está marcado por la música, y es que una de las creencias populares más reconocida en el estado asiático dice que las canciones populares cambian con los tiempos y los tiempos cambian con las canciones populares.