[5][6][7][8][3] Un informe de los hechos fue enviado a Iósif Stalin por Vasili Arsénievich Velichko.
[9] Dicho informe fue distribuido por Lazar Kaganóvich a miembros del Politburo, y preservado en los archivos estatales de Novosibirsk.
[10] Se dice que los detalles dejaron al mismo Stalin visible y profundamente perturbado.
Habían sido transportados desde Moscú y Leningrado, primero por tren hasta Tomsk, y posteriormente en barcaza de río hasta Názino, trayecto este último en el cual fallecieron al menos 27 personas.
"[22][23] "Elementos desclasados y socialmente dañinos", esto es, antiguos mercaderes y comerciantes, campesinos que habían huido de la hambruna en el campo, delincuentes comunes o cualquiera que no encajase en la idealizada estructura de clases comunista, no conseguían pasaporte, pudiendo ser arrestados y deportados de las ciudades tras un procedimiento administrativo sumario en el que no se hallaban presentes.
La ración de comida diaria durante el trayecto consistía en 300 gramos de pan por persona, lo cual provocó que los criminales que se hallaban entre los deportados golpearan a otros deportados para robarles su comida y ropa.
Las autoridades de Tomsk no estaban familiarizadas con estos desclasados urbanos y, dado que esperaban que fuesen problemáticos, decidieron enviarlos a los campos de trabajo más aislados.
Dos noches después de su llegada a Tomsk los deportados provocaron disturbios para pedir agua, los cuales fueron disueltos por tropas montadas.
[27] Cuatro barcazas, diseñadas para transportar madera, partieron el 14 de mayo con unas 5.000 personas a bordo.
Estas autoridades nunca habían trabajado con deportados de origen urbano y no tenían comida, herramientas o suministros con los que mantenerlos.
Todo el personal supervisor, dos comandantes y cincuenta guardas, eran reclutas novatos.
[30][31] Una vez las veinte toneladas de harina fueron depositadas en la isla y comenzó su reparto, se desencadenó una pelea en la que los guardias dispararon a los deportados.
No había hornos para hacer pan, por lo que los deportados comían harina mezclada con agua del río, lo cual provocaba disentería.
Varios cientos de los transferidos murieron durante el traslado; entre 1,500 y 2,000 habían muerto en la isla y otros 2,000 de fugitivos habían desaparecido (se presume que todos o casi todos los desaparecidos murieron aunque es posible, pero improbable, que unos cuantos hayan logrado escapar con vida).
Aquellos que sobrevivieron al traslado se encontraron con escasas herramientas y comida en sus nuevos asentamientos, surgiendo un brote de tifus.