El trío para trompa fue la última obra de cámara que el compositor escribiría en ocho años.
El compositor también se desvía de la práctica habitual al organizar un orden de lento-rápido-lento-rápido en los movimientos, tal vez recordando a la barroca sonata da chiesa.
[nota 2][8] El scherzo representa un lado más iluminado de la pena.
[9] El finale presenta el tema principal ya expuesto en los tres movimientos anteriores pero es ejecutado en mi bemol mayor y a un tempo vivo.
[10] Así la obra concluye con un final alegre, sonoro y rotundo.