Drogodependencia

A efectos prácticos, se pueden considerar sinónimos los términos drogodependencia, adicción y toxicomanía.Los dos últimos se utilizan desde el siglo XIX y, en la primera mitad del siglo XX, estos vocablos comenzaron a cargarse de connotaciones peyorativas, morales y legales, por lo que en los años sesenta se introdujo la palabra drogodependencia con el fin de un uso científico más preciso.Si bien pueden haber similitudes circunstanciales entre un adicto y otro al momento de su vinculación con las drogas, no hay trastornos en común a todos.Una persona puede ser adicta ya sea, físicaemocional o fisiológicamente, dependiendo del tipo de sustancia usada.Este tipo de dependencias lo conducen a conseguir por cualquier medio la droga afectando directamente su lugar en la sociedad y en el entorno familiar.Estas circunstancias le separan hasta dejar de lado a su familia y trabajo haciendo de las sustancias legales o ilegales su prioridad, no pudiendo seguir un autocontrol, conduciéndose a tener sustanciales pérdidas económicas y emocionales.El objetivo principal de estas instituciones se encuentra focalizado en la restauración y crecimiento personal del paciente.En estos centros se ayuda a la rehabilitación igualmente por medio del ejemplo vital y testimonio real de la gente que ya ha sido tratada anteriormente.Lo más importante es que cuentan con la actividad de personal profesional, es decir trabajadores sociales, terapeutas, psicólogos, médicos y enfermeras.Entre estos se encuentra el programa «12 pasos», inspirado en el sistema empleado por Alcohólicos Anónimos, y que busca la abstinencia total.[12]​ El consumo reiterado de drogas da lugar a que el organismo se acostumbre físicamente.Los efectos de las drogas sobre el cerebro se caracterizan por: confusión mental, delirio, alucinaciones y comportamiento generalmente agresivo.Para muchas personas consumir drogas es una salida fácil pues en ella encuentran un falso refugio que los aparta de la realidad (mens sana in corpore sano) y sin darse cuenta van cayendo en un abismo que muchas ocasiones tiene fatales consecuencias.A veces este refuerzo social mantiene la conducta experimental del individuo, hasta que se llega a apreciar el efecto primario de la droga o se toleran los efectos aversivos iniciales de la droga.Por distintos motivos, el deporte puede ser una gran herramienta para luchar contra el consumo de drogas: Los motivos son muchos, por eso el deporte es una de las herramientas más poderosas para facilitar la vida a quien ha dejado y a quien quiere dejar las drogas.Sin embargo, ante la escasa evidencia, y el riesgo grave de sesgo en el único estudio incluido en la revisión, no se pueden extraer conclusiones sólidas.Por ende, es necesario realizar evaluaciones rigurosas adicionales que examinen los efectos de estos programas.[15]​ Apoyándonos en esto, nos encontramos con el modelo teórico general que subyace a los programas preventivos de drogas.La síntesis de este modelo puede resumirse, según Becoña (2001 y 2002: 48), en tres ejes básicos: 1.Los factores que facilitan el inicio y el mantenimiento en el consumo de las distintas sustancias en unas personas respecto a otras 10.Es esencial abordar la conexión entre la drogodependencia y los programas de tratamiento en prisiones debido a su prevalencia entre los reclusos.No resulta nuevo que gran cantidad de estudiantes universitarios consuman drogas controladas para supuestamente potenciar su desempeño académico.Es vital resaltar la relativa facilidad con la cual estos alumnos pueden hacerse pasar como afectados por esta condición psiquiátrica.Debido a su potencial para el abuso y la adicción, muchos medicamentos de prescripción han sido clasificados por el Drug Enforcement Administration (DEA) en la misma categoría que el opio o la cocaína.Otro aspecto alarmante es que en las universidades hoy en día los jóvenes, con el fin de rendir mejor y poder cumplir con sus obligaciones estudiantiles consumen medicamentos de prescripción necesaria, lo cual resulta cierto según las estadísticas y estudios realizados sobre las ventas del Ritalin, cuyas ventas aumentan más del 50 % durante periodos de clases y decaen en vacaciones.Este "cáncer silencioso" es demográficamente más significativo que el consumo de drogas ilícitas, tales como la heroína, marihuana y cocaína, entre otros.Por un lado, el cuerpo estudiantil, jóvenes universitarios que se sienten rebasados por los cursos y evaluaciones en sus universidades.Esta situación alcanza un punto en el que sus deseos de graduarse sin mayores dificultades, se convierte en una desesperación mayúscula.Además, limitan la disponibilidad de drogas, dejando suficiente tiempo disponible para enfocarse en el tratamiento y la introspección.En el 2007 no se registró ningún caso de desviación del mercado lícito al ilícito.
Cigarrillo-Adicción a la nicotina