Es la primera película escrita por Ingmar Bergman, en la que también contribuyó a la dirección de algunas escenas.
Jan-Erik Widgren, estudiante modélico que sueña con ser un gran violinista, tiene como profesor de latín un ser sádico apodado Calígula por todos los alumnos.
Una tarde Widgren se encuentra con Bertha, hija del estanquero del barrio, ebria y desesperada.
La acompaña a casa y se enamora de ella.
De sus palabras algo confusas deduce que está siendo acosada y aterrorizada por un misterioso hombre tiránico que -dice- acabará por matarla...