Según la leyenda en la torre habría estado encerrada Doña Urraca, hija del conde Fernán González.
Su aparejo varía conforme adquiere altura: la parte inferior está formada por grandes piedras sin labrar y sobre ella se asienta una zona de sillarejo que no llega a ocupar toda la anchura del lienzo, sin que, con una disposición más o menos curva, alcanza una altura aproximadamente de un cuarto de la torre, mientras mantiene las esquinas con sillares rectangulares.
[2] El acceso a la torre se halla hacia la mitad de su altura, en la cara sur, que da al río.
A esta entrada se debía llegar por una escalera móvil, que se retiraba en caso de peligro o cuando no fuese necesaria, y de este modo la torre quedaba como bloque inexpugnable y difícilmente accesible, bien preparada para la defensa.
[2] Según la leyenda en la torre habría estado encerrada Doña Urraca, hija del conde Fernán González.