Tras esta corta pero intensa experiencia diplomática, y terminada su licenciatura en la Universidad madrileña, estuvo unos diez años dedicado a los negocios familiares y a la alta banca, viajando con frecuencia por el extranjero, donde pudo estudiar de cerca el grado de adelanto que tenía a la sazón el periodismo europeo.
El Madrid social de la Regencia le hizo desembocar, por pura vocación periodística, por su temperamento españolista y por su depurado gusto artístico, en el mundo del periodismo.
Las diferentes campañas patrióticas de este rotativo consolidaron pronto su prestigio.
Procuró siempre a sus empresas cierta carga ideológica, atenuada por su españolismo y su ideario monárquico.
[2] Luca de Tena rehusó dos veces ser ministro, con Canalejas primero, y con Maura después, pero en su vida parlamentaria intervino defendiendo problemas del ramo de comunicaciones, y por su iniciativa se lograron reformas tan interesantes para el periodismo como la libranza de prensa, el franqueo concertado y ciertas modificaciones en el giro postal.