Aunque generalmente el proceso se ha industrializado mucho con pequeñas variaciones, elementalmente el proceso casero (a pesar de que quizás ha habido una continuidad, el apogeo podría encontrarse en los años 1970s) del que ha variado el industrial es el siguiente: Es un tratamiento térmico en el que se mantienen los tomates a temperatura próxima a 95° durante 1-2 minutos.
El envase debe conservar las propiedades intrínsecas del producto tales como sabor, olor, aroma, etc.
La elección de cada envase es función de la presentación del producto (entero, triturado, frito, etc.) y del tiempo y las condiciones en las que se quiera conservar.
Es muy importante que este fuerte tratamiento térmico altere en el menor grado posible el valor nutritivo del alimento y todas sus características propias.
Se dejan los botes en el agua hasta que esta esté tibia.