Tomás Ximénez Embún
Después se vinculó a la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza durante cincuenta años, pero ejerciendo al mismo tiempo la investigación histórica y filológica.Buscaba en particular en los archivos de todas las instituciones en las que colaboró.Sin embargo, con fundados argumentos y pruebas Ximénez Embún deshizo la superchería: no fue aragonés, no fue benedictino, no estaba vivo cuando concluyó su obra, no se documentó su nombre en San Juan de la Peña: era solo un dominico del convento de Santa Catalina de Barcelona que vertió al latín la historia del rey Jaume I.La traducción castellana era del siglo XVI, y de ella extrajo Ximénez Embún los aragonesismos del apéndice, que él califica como occitanismos, recogidos así en un pequeño tesauro.[3] Su obra histórica más conocida es Descripción histórica de Zaragoza y sus términos municipales (Zaragoza, Librería Gasca, 1901), todavía de imprescindible consulta y, entre otros trabajos, un artículo publicado en Revista Aragonesa (octubre 1907) y reproducido por La Cadiera (1951) sobre "Edificios destruidos durante los Sitios".