Tras la deserción a los turcos de su hermano mayor, Tomás Paleólogo se convirtió en el pretendiente legítimo al trono bizantino.
Tomás permaneció como gobernador de Morea, pero se vio obligado a compartir el poder desde 1449 con su hermano mayor Demetrio.
Las posesiones bizantinas en Morea se habían agrandado considerablemente a costa del Principado Latino de Acaya.
Tomás escapó con su familia a Italia, dónde había sido ya reconocido en Roma como el legítimo heredero al Imperio Bizantino.
Tras la caída de Morea, Tomás se instaló en Roma, siendo reconocido como el legítimo emperador del Este por toda la Cristiandad.
Después de su muerte en 1465 la legitimidad imperial pasó a su hijo mayor Andrés Paleólogo, nacido en Mistra alrededor del año 1455.
No obstante, Mehmed ya se había proclamado a sí mismo “Emperador romano” tras conquistar Constantinopla en 1453.