Tintorero es el artesano que tiene por oficio teñir tejidos y prendas de vestir.
[4] En latín clásico hay dos términos para denominar esta profesión: tinctor e infector (del verbo inficere: impregnar, recubrir, teñir...y alterar, contaminar, corromper... llegando en su participio pasado pasivo, infectio, a significar 'apestoso, enfermo, contagioso').
[5] Para compensar, los tintoreros escogieron como patrono a san Mauricio, alto oficial romano destinado en el Valais suizo (que murió mártir junto con todos sus legionarios).
Puede considerarse a la industria textil como la mayor en peso e importancia del Occidente medieval.
El curtidor necesitaba el agua limpia para dejar macerar sus pieles, condición que imposibilitaban las materias colorantes de los tintoreros.
[13] Los tonos verdes se obtienen de otra manera, ya sea a partir de pigmentos naturalmente verdes, ya sea sometiendo colorantes azules o grises a tratamientos que nada tienen que ver con la mezcla.
Así, los tintoreros,[14] fueron, hasta el siglo XVIII, artesanos reservados, misteriosos e inquietantes, además de turbulentos, pendencieros y pleiteantes.
Imágenes similares de manuscritos iluminados documentan a partir del siglo XV este oficio, perdido en Occidente como tal.