Como acusador se enfrentó a Apolodoro, hijo del banquero Pasión, cuyo discurso fue escrito por Demóstenes.
En este tiempo pasó por problemas económicos y tuvo que pedir un préstamo al mismísimo banquero Pasión.
Entonces volvió a Anfípolis, pero fue rechazado y se dirigió al Quersoneso tracio dominado por Cotis.
La expedición fue un desastre y hubo que quemar los barcos en el río Estrimón para no dejarlos abandonados en manos del enemigo; la retirada se hizo por tierra.
En 358 a. C., cuando los tebanos enviaron una fuerza armada a Eubea, Timoteo consiguió reunir un ejército para hacer frente al ataque y defender los intereses atenienses en la isla.
[4] Como no pudo pagar la multa, tuvo que exiliarse a Calcis, ciudad de Eubea, donde murió poco después.