Dinarco nació en Corinto, pero se marchó a Atenas para estudiar retórica con Teofrasto.
Al ser extranjero residente en Atenas (meteco), no pudo desarrollar una carrera política ni tampoco le estuvo permitido hablar directamente en los tribunales.
Tras la Guerra Lamiaca y con los grandes oradores de la época, Demóstenes e Hipérides, ya fallecidos, Dinarco se quedó solo y ejerció la supremacía en esa actividad tan lucrativa.
Sólo poseemos tres considerados auténticos por los especialistas: Contra Demóstenes, Contra Aristogitón, y Contra Filocles, todos ellos relacionados con las investigaciones de la desaparición del dinero depositado en Atenas para Hárpalo en (324/323 a. C.) por el Areópago, el cual después de consultar, informó que nueve hombres habían recibido sobornos de Hárpalo, (el tesorero fugitivo de Alejandro), y designó fiscales para el caso.
Sin embargo, Hipérides, el más ardiente patriota, estuvo del mismo lado que Dinarco.
Ya prácticamente ciego, se quedó a vivir en casa de su amigo Próxeno, a quien al poco tiempo denunció para recuperar un dinero que se le había extraviado en la casa, la única vez que Dinarco estuvo en los tribunales.