En 366/365, decidió ocupar la acrópolis de Corinto e imponer desde allí su tiranía sobre la ciudad.
Su hermano Timoleón se opuso y logró el respaldo de la parte de mercenarios que estaban a su mando.
Tras intentar, sin éxito, que Timófanes abandonara sus planes despóticos, Timoleón terminó matando a su hermano con su propia mano, según la versión transmitida por Diodoro de Sicilia.
La muerte de Timófanes, tema tratado por Plutarco, ha sido retomado por Marie-Joseph Chénier en su Timoléon.
Timófanes aparece igualmente en el Timoléon de Vittorio Alfieri.