Era conducida por un consejo directivo integrado, entre otros, por Salvador Sammaritano, Víctor Iturralde y José Agustín Mahieu.
La revista estimuló el desarrollo de una crítica seria, de carácter analítico, escrita por especialistas, modernizando, sistematizando y actualizando la profesión para que quienes la ejercieran tuvieran una formación específica en el tema, como sucedía con la crítica literaria o teatral.
Entre estas últimas estaban las revistas de cine más importantes, incluso con modelos teóricos contrapuestos como Cinema Nuovo cuyo director Guido Aristarco era un marxista gramsciano que proponía un cine comprometido con lo real, lo social y lo político, y Cahiers du Cinéma, que requería asumir una condición mucho más autosuficiente, menos política, si bien ambas coincidían en que el neorrealismo italiano era un modelo estético clave.
En el N° 12 Antonio Salgado apareció como secretario de Redacción y en el siguiente se le agregó Franco Mogni.
El diagramador de los dos primeros números fue Rogelio Polesello y Quino colaboró como dibujante durante toda la trayectoria.